miércoles, 9 de diciembre de 2009

Donde está el límite?


Sola,
Ansiosa,
porque tu, ANSIEDAD, nunca me abandonas.
Siento una presión en el pecho que me oprime,
apenas puedo respirar,
me pesa,
tu me pesas,
la cabeza empieza a darme vueltas
y se me nubla la vista.
Ha vuelto,
has vuelto,
Me mareo…
Estoy al límite.
Mis manos tiemblan a la vez que aspiro el humo del tabaco,
estoy escribiendo y tiemblo.
Mis manos se han dormido
Siento miedo. Miedo de mi misma.
Miedo de mis miedos.
Todo me asusta.
Mi vida, quiero saltar al vacío de mi vida que me está llamando,
pero estas piernas están pesadas.
Toda yo estoy pesada.
Tiemblo.
Tiemblo y lloro.
Me duele, dentro de mi siento el dolor y trato de arrancármelo escribiendo…
pero duele,
mi soledad me duele.
Busco la salida y escribo,
y vuelvo a escribir.
Y pienso y el pensar me duele.
A veces tiemblo,
tiemblo y lloro porque me duele.
Algo me duele muy profundamente.
La vida duele.
Mi ansiedad me duele y me desespera.
Quiero arrancarla pero no se deja.
Y mi pasado sigue ahí con la herida abierta.
¿cuándo cerrará?
No puedo arrancármelo.
A ratos quiero desaparecer,
desaparecer para no seguir sintiendo este miedo y esta soledad.
La soledad me pesa, el silencio me pesa, me pesa y me duele.
Foto: Isaac Barragán

No hay comentarios:

Publicar un comentario